En Finders Chile, nos llena de inspiración conocer trayectorias como la de Alejandra, una mujer que con sudor y garra ha salido adelante en un ambiente que históricamente no ha sido común para mujeres. Nos emociona ver cómo cada vez más mujeres destacan y colaboran en este mundo cafetero, demostrando que su talento y visión son fundamentales para transformar la industria. Su historia no solo nos inspira, sino que también nos motiva a seguir apoyando y reconociendo a quienes, como Alejandra, están marcando la diferencia en el universo del café.

En el corazón de Jardín, Antioquia, un pequeño pueblo conocido por sus paisajes exuberantes y ricas tradiciones cafeteras, nació Alejandra Ángel en el seno de una familia profundamente arraigada en el cultivo de café. Desde temprana edad, Alejandra se vio inmersa en el mundo del café, aprendiendo el arte y la ciencia de la caficultura junto a su padre. De niña, ayudaba en la finca con los procesos de post-cosecha y se aseguraba de que los trabajadores estuvieran bien alimentados y cuidados, ganándose el respeto y la admiración de todos por su dedicación y arduo trabajo.

Cuando llegó el momento de seguir una educación formal, Alejandra se inscribió en la Universidad de Antioquia, donde estudió Tecnología de Alimentos. Sus años en la universidad le proporcionaron una sólida base en los aspectos técnicos de la producción y el procesamiento de alimentos, además de una perspectiva más amplia sobre la calidad del café y la cadena de suministro. Este conocimiento se complementó aún más con su experiencia trabajando con cooperativas locales, donde profundizó en las complejidades de la calidad del grano y el mercado del café.

El conocimiento y la experiencia que adquirió la llevaron de regreso a la finca familiar con una visión clara: revolucionar el negocio familiar implementando nuevas técnicas y procesos. Esta visión se materializó en su ambicioso proyecto de experimentar con diferentes variedades de café en microlotes, con el objetivo de explorar y mostrar la diversidad y el potencial del café colombiano.

Alejandra se especializó aún más, convirtiéndose en Q-Grader y especialista certificada en Q-Processing. Estas certificaciones no solo validaron su capacidad para evaluar y calificar la calidad del café, sino que también le proporcionaron las herramientas necesarias para estandarizar los procesos de principio a fin. Su enfoque meticuloso y pasión por la excelencia permitieron que la finca, ahora conocida como Finca Amigos, estableciera estándares rigurosos y mantuviera una calidad constante en sus productos.

El trabajo de Alejandra trascendió los procesos internos; también se aventuró a explorar mercados internacionales. Las variedades de café que introdujo en la finca, como Gesha, Sudan Rume, Pink Bourbon, Sidra y Typica, comenzaron a ganar reconocimiento por sus notas distintivas y robustas. Cada taza de café cuenta una historia de dedicación y amor por el arte de producir el mejor café posible.

Hoy en día, Finca Amigos se erige como un brillante ejemplo de cómo la pasión, la educación y la innovación pueden transformar una tradición familiar en un referente global. Alejandra Ángel no solo ha elevado la finca de su familia, sino que también ha hecho una contribución significativa a la cultura del café colombiano, demostrando que el verdadero arte del café radica en el compromiso y la búsqueda incansable de la perfección. Su historia es un testimonio de cómo las raíces profundas y el conocimiento especializado pueden unirse para crear algo verdaderamente extraordinario.